Música en el Norte Grande
“La experiencia vivida en este concierto es una muestra de que con convicción, talento y voluntad, podemos realizar eventos de gran relevancia para la región”

“La misión del programa Artifica fue siempre transferir a la comunidad el producto de la investigación y creación de los académicos; hacerlo en contextos sociales menos privilegiados e incorporar a la comunidad en la ejecución del trabajo”, explica Miryam Singer, directora de la DAC. “Esto exige entrar en contacto con los territorios y realizar la obra de arte en conjunto con los habitantes. Nuestros alumnos tienen así la oportunidad de palpar la realidad tal como es y no desde el pedestal del especialista”, subraya la también Premio nacional de Artes Musicales 2020.
Durante meses la DAC se ocupó de la logística, mientras la OSEUC y los coros locales preparaban un programa sinfónico coral que fuese atractivo, tanto para el público conocedor como para quienes buscan emocionarse con melodías navideñas tradicionales. Cada grupo llegó perfectamente preparado al ensayo general en sus respectivas ciudades. Podría decirse que la música es mágica, porque así sucedió en cada concierto: el afiatamiento de la OSEUC con los tres coros se logró, ¡en tres horas de ensayo previo al concierto!

Con el apoyo de Codelco y SQM, la orquesta viajó a Antofagasta el sábado 14 de diciembre en la mañana. Una gran cantidad de público llegó esa misma noche a la Iglesia Corazón de María, para escuchar a la orquesta UC junto al Coro de la Universidad Católica del Norte (UCN), interpretando los grandes coros de ópera y una suite navideña. El maestro y profesor de la Facultad de Ingeniería Eduardo Jahnke enriqueció el concierto con interesantes explicaciones de las piezas interpretadas. “Poner en contexto música que se ha compuesto hace unas décadas o hace cientos de años, es fundamental para su comprensión, pues las características de nuestra vida moderna muchas veces no tienen nada que ver con las realidades que vivieron los creadores en sus respectivos tiempos, con su problemáticas particulares y visión de mundo sin la globalización actual”, explica.
Como cuenta la maestra Ester Rodríguez, directora del coro de la UCN, “cada agrupación, a la distancia, preparó un repertorio que pudimos ensamblar el mismo día del concierto como si nos conociéramos desde hace mucho, como si la música fuera nuestro abrazo fraterno que nos indica que hay algo más que sonidos armoniosos”. El programa se repitió al día siguiente, en plena plaza de San Pedro de Atacama. El milagro de la música se repitió al aire libre y frente a un público de 600 personas. ¡Lleno total! “Qué hermosa forma de terminar el año 2024 con un concierto de Navidad en la plaza de San Pedro de Atacama, frente a su alcalde, al presidente de la comunidad del pueblo atacameño, la comunidad del pueblo de San Pedro y los turistas”, expresó emocionado Máximo Pacheco, presidente del directorio de Codelco, al finalizar el concierto. Y agregó: “Para Codelco es un orgullo, porque nos sentimos parte de esta comunidad. Queremos ser un buen vecino, generar vínculos y eso lo permite la música. Estamos muy felices de haber apoyado este tremendo esfuerzo de la Universidad Católica”.

El programa del viaje también incluyó visitas a lugares históricos, museos y vestigios de lo que ha sido la historia minera en Chile. Entrar al Norte Grande es avizorar un período de cambios culturales, de asentamientos urbanos sin precedentes, de introducción a las tecnologías, así como de grandes contradicciones sociales. Los estudiantes visitaron el museo ferroviario de la Estación Baquedano, el Museo del Salitre, la mina a tajo abierto más grande del mundo, el museo campamento Calama -abierto especialmente para el grupo-, una oficina salitrera, y lo más impresionante: la travesía por el desierto de Atacama.
La próxima parada fue Arica. La entrada por la quebrada de Camarones resultó ser uno de los paisajes más fascinantes del viaje. La aridez del desierto rocoso en total contraste con el verdor que se divisa al fondo del valle, 800 metros más abajo, es de una belleza portentosa. Allí esperaba el Coro de la Universidad de Tarapacá, cuyo director, Miguel Platero, había gestionado un gigantesco escenario para el concierto: el gimnasio mayor de la Universidad.
El público nuevamente abarrotó las graderías y al final del concierto aplaudió agradecido de la música. Notamos que la calidad vocal del coro era asombrosa y la calidez de las personas fue para nosotros un verdadero regalo. “La experiencia vivida en este concierto es una muestra de que con convicción, talento y voluntad, podemos realizar eventos de gran relevancia para la región”, expresó el maestro Platero. Mientras los cerca de 600 asistentes se retiraban felices y agradecidos, el maestro añadió: “También es muy importante destacar el trabajo conjunto de dos grandes casas de estudios superiores que, a través de espectáculos musicales como este gran concierto, pueden generar un tremendo impacto en la comunidad reforzando así su compromiso con el arte a nivel nacional”. “El trabajo colaborativo de la UC con sus pares de regiones es un factor potenciador de desarrollo”, acota Miryam Singer.

La última estación sería la hermosa ciudad de Iquique, en la que esperaba el coro de la Universidad Arturo Prat, dirigido por un emprendedor violinista, el maestro Bernardo Ilaja. “La unión entre elencos universitarios es una oportunidad única para los estudiantes, pero también para las comunidades que se sienten representadas e importantes sucesos como éste”, comenta. “Con esto queda demostrado que la educación, el arte y la música son herramientas de desarrollo cognitivo, social y emocional importantísimos para el ser humano, así como para el desarrollo cultural de una sociedad o comunidad”, añade.

La experiencia para los estudiantes resultó tremendamente enriquecedora. Martita Browne, estudiante de último año de Ingeniería, afirma que la gira les enseñó a adaptarse a condiciones muy dinámicas, y flexibilizarse como orquesta y como individuos, para responder a grupos corales distintos. Aprendieron a escuchar y reaccionar como intérpretes, puesto que cada coro tenía un sonido distinto al otro. Para Marcos Canedo, estudiante del doctorado en Matemáticas, la gira fue una oportunidad para compartir la música, para generar una instancia de conexión y expresión junto a estudiantes de diferentes carreras y lugares de Chile.
