Escrita por Pedro Calderón de la Barca en la España del siglo XVII, La vida es sueño es una obra que a casi 400 años de su creación, sigue vigente por las temáticas que toca y las problemáticas en las que nos envuelve. Basilio, Rey de Polonia, decidido a hacer caso a los hados del destino, que pronosticaban el nacimiento de un príncipe que traería el desastre a Polonia y la muerte del rey, determina encerrar a su recién nacido hijo en una torre y decir a su pueblo que éste había nacido muerto. Cuando Segismundo crece, Basilio lo libera de su prisión por un momento, para probar si la profecía era real o si acaso su hijo podía vencer ese destino fatal. Cuando Segismundo, enfrentado a un mundo que jamás conoció pierde el control, Basilio decide encarcelarlo otra vez, haciéndole creer que todo había sido tan sólo un sueño. 

De este modo, la obra versa -entre otras cosas-, sobre la problemática de la libertad, el poder, el destino y el libre albedrío, cuestiones que hoy han tomado especial relevancia en la discusión desde el estallido social y el encierro por la crisis sanitaria. “Es curioso, parece muy intencionado que la quisiéramos montar ahora por el tema del confinamiento, por ejemplo, pero no fue así. Fue mágico para nosotros ver cómo la obra se vuelve tan contingente y cómo esta pregunta por la libertad y la predeterminación, -que son preguntas que ya nos rodeaban desde el estallido social-, toman ahora un peso tan fuerte. Pero no fue buscado, sino una casualidad maravillosa”, explica su directora, Macarena Baeza. “La pregunta por la libertad humana es una pregunta eterna: siempre va a ser un tema vigente que se va modificando: hoy la discusión por la predeterminación ha tomado otros ribetes, ya no el ser o no ser rey, por ejemplo,; pero sí la pregunta de ¿qué tan libre eres si naces en una familia marginalizada?, ¿puedes ejercer tu libre albedrío si no puedes educarte o no tienes ningún derecho a tener salud de calidad?”, agrega. 

Para esta versión de La vida es sueño, el equipo de trabajo está conformado por egresados de la Universidad Católica y cuatro músicos que encabezados por el cantautor chileno Nano Stern, llevan la creación musical de la obra a moverse entre los límites del género clásico, el folklore y la música popular. Dos Violas da Gamba, una nyckelharpa  y variados instrumentos de percusión, nos invitan a viajar en una propuesta sonora rica en contrastes, cruces y mixturas, donde el origen propiamente renacentista y barroco de los instrumentos y su sonoridad, mezclado con texturas vocales y rítmicas que recuerdan la samba, las rancheras y diversos estilos latinoamericanos, generan una atmósfera musical ecléctica. 

La puesta en escena es simple y trabajada de manera no realista. No hay decorados ni escenografía representativa que pretenda ilustrar los espacios de la obra; sino un escenario limpio con una pantalla de grandes proporciones donde se proyectan diversas imágenes y 22 taburetes de diverso tamaño, por donde los actores y actrices transitan desde los roles de personaje, narrador y espectador. Aun cuando la obra ha sido reinterpretada y por ende no es una versión ortodoxa del texto barroco, su directora mantuvo la fidelidad al verso y a la métrica original para la reescritura. “El texto está muy intervenido: hay textos cortados, textos nuevos y otros convertidos en canción, sin embargo el verso es lo que trae la influencia barroca a la obra, mientras que la puesta en escena es muy contemporánea. Calderón estaba escribiendo para una cierta audiencia y hay cosas que perviven y hay cosas que no, por lo que sacamos todo aquello que creímos que no era interesante para el público de hoy”, explica. Para el trabajo actoral, se buscó sobre todo el encontrar vínculos entre el texto y sus biografías personales, donde a través de sus propias experiencias de vida, los actores y actrices pudieran conmocionarse con aquello que ocurre en la obra, remontando, así, la distancia temporal que nos separa del contexto original. “Es la única manera de que el texto no quede allá; y nosotros acá”, agrega Macarena. 

 

La quinta versión de Héctor Noguera: 

En Chile, es la persona que ha trabajado durante más tiempo La vida es sueño, una de las razones por las cuales Macarena Baeza quiso invitar al actor a participar del montaje. “Basilio es un personaje que requiere una cierta experiencia no sólo en el verso sino que de la obra en sí, y Tito lleva años trabajando sobre este texto. Además, fue mi profesor de teatro clásico y siempre fue un sueño trabajar con él, y ahora por fin lo logramos en esta alternativa  -tan sui generis para la compañía- al tenerlo a través de una proyección”. Aun cuando en la obra, es Segismundo quien está preso en una torre; para la directora era fundamental llevar a escena la idea de que el Rey Basilio también estaba de algún modo encerrado y encadenado a un espacio donde los afectos, las emociones y todo aquello que ocurría en el mundo fuera de él, realmente no estaban a su alcance. “Al estar en digital a través de una proyección, siendo el único personaje sin carne ni huesos; que no comparte un espacio-tiempo común con los demás, se fortalece la idea de que es el personaje que está más lejos de la realidad, siendo un personaje que se separó de su responsabilidad y no cumplió con ella escudándose en ser Rey y por ende intocable. Segismundo está preso en una torre; pero Basilio está preso en otra, una mucho peor”. 

La vida es sueño, versión musical tendrá solo 3 funciones los días miércoles 10, jueves 11 y viernes 12 de Marzo a las 20.00 hrs en el nuevo Centro de Extensión Campus Oriente UC, ubicada en Avda. Jaime Guzmán #3300, Providencia.
* La actividad cuenta con todas las medidas de resguardo por protocolo Covid-19.  Aforo reducido, toma de temperatura, sanitización y trazabilidad.

Pueden adquirir entradas a través de: https://www.atrapalo.cl/entradas/la-vida-es-sueno-presencial-en-campus-oriente-uc_e4856180/ 

Ficha artística

• Elenco: Manuel Castro, Carolina Munitiz, Germán Pinilla, Paula Lizama, Xabier Usabiaga, y la participación especial de Héctor Noguera como Basilio
• Músicos: Nano Stern, Gina Allende, Florencia Bardavid, Cristián Carvacho
• Dirección escénica: Macarena Baeza de la Fuente
• Composición musical y décimas: Nano Stern
• Diseño escenografía e iluminación: Ricardo Romero 
• Vestuario: Mario Costa
• Realización de vestuario: Sergio Aravena
• Artes Mediales: Jesús Ponce y Belén Sánchez
• Registro audiovisual: Gabriela Toro y Carlos Martínez
• Fotografía: Ricardo Romero
• Operador audiovisual: José Manuel Aguirre
• Asesoría danza barroca: Ana María Vela
• Comunicación visual: Ximena Ulibarri y Sofía Flores
• Investigación: Gwendolyn Araya, Jéssica Castro, Joaquín Zuleta, Claudia Missana, Manuela Zocalli y Olema Leyton.
• Asistencia de dirección: Camila Gatica
• Producción General: María Belén Contreras
• Agradecimientos especiales al Centro de Extensión Oriente, la Escuela de Teatro y el Teatro UC por el apoyo para la realización de este montaje.

Obra realizada con el apoyo de la Dirección de Artes y Cultura, Vicerrectoría de Investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la Pontificia Universidad Católica de Chile.